Implantes promotores de crecimiento en ganado bovino. Efectos y rol en un escenario de mayor demanda y preocupación ambiental
Contenido principal del artículo
Resumen
Se pronostica que para las próximas décadas la demanda de carne se incrementará producto del crecimiento de la población mundial, en especial la proveniente de sistemas pastoriles. Este tipo de producto además de contribuir a mitigar el cambio climático produce un alimento de alto valor biológico de una forma sostenible. Bajo ese contexto, la incorporación de tecnologías que aumenten la eficiencia de los sistemas agropecuarios cobran vital importancia. Los implantes anabólicos promotores del crecimiento (IAPC) surgen como una tecnología que permite al productor de carne a aumentar su rentabilidad y a mitigar el impacto ambiental. Por ello es fundamental conocer el efecto que su implementación tiene sobre parámetros productivos (ganancia diaria de peso, consumo de materia seca y conversión alimenticia), de calidad de la canal y de la carne (peso canal caliente, área ojo del lomo, rendimiento de la canal, terneza, cobertura grasa, marmoleo y aceptabilidad general), y económicos (retorno sobre la inversión). Con esta información el productor puede tomar mejores decisiones en función de su mercado objetivo. La respuesta al uso de IAPC es variable, lo cual se debe principalmente a factores como el tipo racial, sistema productivo y/o la potencia del implante, es decir, la combinación hormonal y de su concentración. El uso estratégico de IAPC junto con la maduración de la carne surgen como opciones para disminuir su posible efecto negativo sobre el marmoleo y la terneza respectivamente. Los IAPC son una herramienta para optimizar los sistemas ganaderos y aumentar la rentabilidad del productor de carne. No obstante, existen pocos estudios sobre su uso en sistemas ganaderos pastoriles, así como su impacto en la sostenibilidad y en la mitigación del cambio climático.